martes, 30 de mayo de 2017

Se esfumó el sueño americano.

Domingo 28 de mayo de 2017, 18:30 hora española. Comenzaba en ese momento una prueba que en Europa había pasado  históricamente inadvertida, si amigos estoy hablando de las 500 millas de Indianápolis.
El principal culpable de que España y Europa en general se centrasen en ese evento fue Fernando Alonso el cual renunció a competir en el gran premio de Mónaco para asistir a esta mítica prueba y a su vez desconectar del ambiente y las malas sensaciones que su monoplaza desprende carrera tras carrera. Desde un principio Fernando mostró una asombrosa adaptación y en los días previos a la carrera deslumbró con su pilotaje . En la clsificación para esta prueba logró la quinta posición siendo una grata sorpresa para todos nosotros y para el mundo del motor en general. Una semana después de este hecho era el turno de demostrar que estas buenas sensaciones no eran un falso presagio. La carrera comenzó y tras 35 vueltas (de un total de 200 al ovalo de Indianápolis) Feranando ya lideraba la prueba y peleaba con el grupo de cabeza formado por pilotos experimentados en esta categoría como por ejemplo Alexander Rossi, Helio Castroneves, Alexander Hunter Reay... Esta tónica se mantuvo hasta que en la vuelta 180 el motor del coche de Fernando no podía más y obligaba a este a retirarse cuando se encontraba en 7ª posición. La victoria final se la llevó el japonés Takuma Sato , un veterano de la F1.Nos llevamos una sensación agridulce ya que fue especial ver a Fernando liderar una carrera pero una decepción que el motor truncase todo lo que él había conseguido con su talento.

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