Este animal terrestre es el más grande de la fauna ibérica, puede llegar a vivir hasta más de los 20 años, renueva su pelaje una vez al año por lo que su tonalidad varía entre el pardo amarillento y el marrón oscuro y es plantígrado, lo que quiere decir que camina apoyando la plantas de sus pies, y puede llegar a trepar por los árboles y ponerse de pie para conseguir ciertos alimentos. El sentido más desarrollado que tiene es el olfato, con el que puede detectar a una larga distancia alimentos, amenazas y hasta el estado sexual de otros ejemplares.
El osos pardo hiberna hasta la primavera y en la osera reduce cuatro veces su ritmo cardiaco y baja su temperatura corporal hasta 4 o 5 grados y las hembras paren entre una y tres crías ciegas.
En Asturias es en donde se encuentra un mayor número de ejemplares de esta magnífica especie y las osas más conocidas son Paca y Tola, que se encuentran en cautividad en la conocida Senda del Oso, en Proaza, desde el año 1996. En el 2008 se introdujo a Furaco, procedente del Parque de la Naturaleza de Cabárceno (Cantabria), con el fin de proquear la especie y tener nuevos esbardus, fin que resultó estrepitosamente fallido. Y finalmente, en el 2013 nació Molinera que en la actualidad
vive en el cercado situado en el monte Fernanchín en condiciones de semilibertad.
Desgraciadamente, el oso pardo está en peligro de extinción, por eso pido que cuidemos nuestros montes y que no se cazen estos hermosos animales.
Nuestra amiga Paca
